lunes, 27 de abril de 2009

AJO PLANTAS MEDICINALES REGULA LA CIRUCULACION SANGUINEA

PLANTAS MEDICINALES Y REMEDIOS NATURALES, AJO.

Características del ajo como planta medicinal.
Hierba que crece a partir de un bulbo del tamaño de un albaricoque (lo que en la cocina se denomina cabeza, dividido en segmentos (que conocemos como dientes). De la cabeza cuelgan las raíces, cortas, y surge el tallo, erguido, de unos 40 cm de altura, coronados por un grupo de pequeñas flores. Las hojas, alargadas, envuelven y protegen el tallo.

Principios activos del ajo como planta medicinal.
Debe sus cualidades a la presencia de aliina, un compuesto totalmente inodoro; sin embargo, junto a esta sustancia existen enzimas que la transforman en disulfuro de alilo, que confiere al ajo su olor característico.

Propiedades medicinales del ajo como planta medicinal.
Hay quien dice que para vivir muchos años se debe comer un diente de ajo crudo cada día, al levantarse. La realidad es que las virtudes del ajo son muchísimas: combate las infecciones, destruye los gusanos parásitos intestinales, baja la tensión arterial y el nivel de glucosa en la sangre y elimina los gases intestinales. En general, regula la circulación sanguínea y limpia los intestinos. Sobre la piel actúa como antiséptico.

Usos y aplicaciones del ajo como remedio casero.
El ajo hervido pierde sus propiedades, ya que con el calor se destruye la aliina. No ocurre así cuando se fríe, pues pasado por la sartén sólo se calienta la parte externa, pero son crudos como deben tomarse los ajos para beneficiarse de todas sus propiedades. Comer un ajo crudo puede ser desagradable para algunas personas; sin embargo, existen soluciones, como He salsa alioli, que consiste en picar el ajo en un mortero e ir añadiendo aceite de oliva muy lentamente mientras se remueve con la mano del almirez describiendo círculos siempre en la misma dirección. Finalmente se añade una pizca de sal. De todas formas, es más corriente preparar el alioli añadiendo al ajo una yema de huevo. Debe obtenerse una salsa muy espesa.

Una forma más práctica de preparación consiste en colocar en un recipiente un huevo (clara y yema), dos dientes de ajo (o más, según el gusto), la sal y un vaso de aceite. Con la batidora, en menos de un minuto tenemos la salsa a punto.